El friso de Partenón: una joya del arte griego
Ubicado en la Acrópolis de Atenas, el Partenón es uno de los edificios más destacados del mundo antiguo. Esta construcción, erigida en honor a la diosa Atenea, demuestra la maestría y el talento de los arquitectos y artistas griegos. Sin embargo, uno de los elementos más sobresalientes del Partenón es su friso, una obra de arte que representa una de las escenas más importantes de la mitología griega.
El friso del Partenón, que se encuentra en el exterior del templo, es una impresionante obra de arte que no solo es un ejemplo excepcional de esculpido de mármol, sino que también es uno de los escasos relieves de la Antigüedad que ilustra un tema narrativo complejo, el ritual de las Grandes Panateneas. La pieza mide 1,15 metros de alto e incluye 160 metros de bajorrelieve, que se extienden alrededor del edificio.
El friso consiste en una secuencia de escenas que relatan la mitología griega, en particular, la procesión de las Grandes Panateneas que se celebraba cada cuatro años en honor a Atenea. El Partenón solo tenía dos frentes grandes y uno de ellos era el lado oeste, donde se sitúa el friso, comenzando en el ángulo noroeste y terminando en el sureste. La obra consta de dos partes: los metopas, que representan las doce hazañas de Hércules, y el friso propiamente dicho, que consta de una secuencia continua de figuras en movimiento.
La parte más significativa del friso es la escena de la procesión de las Grandes Panateneas, que se desarrolla en la parte superior del friso. En ella se puede apreciar a un grupo de personas, principalmente jóvenes, ataviados con túnicas y portando ofrendas, que desfilan hacia la derecha de la escena. Estos personajes son los que honran a Atenea en el festival de las Grandes Panateneas.
La escena de la procesión se divide en varias partes, con distintos personajes y animales representados. En la parte central del friso, se puede apreciar a varios personajes montados en caballos, seguidos por músicos y más oferentes. También se ven dos jóvenes que llevan el peplo, o túnica sagrada, para ser entregados a Atenea en el templo. La procesión culmina en la última sección del friso, donde se encuentra la imagen de Atenea, con las demás deidades que la rodean, recibiendo las ofrendas presentadas.
Además de esta impresionante representación de la procesión, el friso también presenta escenas secundarias de lucha entre centauros y amatitas, junto con imágenes de hombres jóvenes montando caballos con fines deportivos.
El friso del Partenón fue tallado en mármol del Monte Pentélico y su escala y detalle sugieren un ritmo preciso de trabajo. Aunque a menudo es considerada una obra maestra del arte griego clásico, no fue universalmente apreciado desde su creación hasta la actualidad. El director británico Lord Elgin, quien gobernaba Grecia en 1801, adquirió el friso con la intención de vendérselo al museo británico, lo que provocó un conflicto con las autoridades griegas. Finalmente, el friso fue trasladado a Gran Bretaña y ahora es exhibido en el Museo Británico.
En conclusion, el friso del Partenón es una de las obras de arte más fascinantes y valoradas del mundo antiguo, que muestra la pericia y los conocimientos artísticos de los antiguos griegos. Esta espectacular obra de bajorrelieve, que representa la procesión de las Grandes Panateneas, sigue siendo una muestra impresionante del arte escultórico griego y continúa siendo admirada y estudiada por especialistas en todo el mundo.