Introducción

En la historia de la arquitectura religiosa, el barroco es uno de los movimientos artísticos más importantes. Su influencia se extendió desde los siglos XVII y XVIII, dejando huellas en todo el mundo. El barroco se caracterizó por una excesiva ornamentación, la idea de movimiento y la ilusión óptica, para producir una sensación de grandeza y majestuosidad que se tradujo en una mayor devoción religiosa.

Orígenes del barroco

El barroco surgió en Italia durante los siglos XVI-XVIII. En este periodo, la Iglesia católica fue víctima de la Reforma protestante, lo que produjo una gran preocupación por la conservación de la fe. Por eso, en el Concilio de Trento se estableció que la belleza y la grandiosidad de la arquitectura religiosa debía reflejar la grandeza de Dios.

Características del barroco

En la arquitectura barroca, la ornamentación es la clave. Se utilizan elementos como columnas salomónicas, relieves, volutas, molduras, etc. Además, las fachadas se hacen más complicadas con torres, cúpulas y frontones. Se da mucha importancia a las ilusiones ópticas, por lo que se utilizan elementos como el contraste de luces y sombras, ornametación excesiva y grandes dimensiones en la arquitectura religiosa.

Influencia del barroco en la arquitectura religiosa

La influencia del barroco es muy notoria en la arquitectura religiosa. En Europa, podemos ver la Catedral de San Pablo de Londres, la Basílica de San Pedro en el Vaticano y la catedral de Santa María la Mayor en Roma. En España, destaca La Granja de San Ildefonso, la Basílica de San Juan de Dios y la Basílica de San Francisco el Grande, todas en la ciudad de Madrid. En América, podemos ver la Catedral Metropolitana de la Ciudad de México y la Catedral de Lima en Perú.

Las cuatro fases del barroco

Durante los siglos XVII y XVIII, el barroco se fue transformando en distintas formas. Se puede distinguir cuatro fases: el Barroco Romano, el barroco del Sur de Alemania y Austria, el Barroco Francés y el Barroco Español.

El Barroco Romano

Esta fase tuvo su origen en la arquitectura del Renacimiento. Se caracteriza por la grandiosidad, la luminosidad y la claridad. Los edificios más representativos de esta época son la Basílica de San Pedro y el Palacio Barberini de Roma.

El barroco del Sur de Alemania y Austria

Esta fase es conocida por su dramatismo y su exageración en la ornamentación. Se caracteriza por el uso de motivos religiosos y del folclore local. Los edificios más representativos de esta época son la Abadía de Melk en Austria y la iglesia de San Ignacio en Munich.

El Barroco Francés

Esta fase se caracteriza por la austeridad y la simplicidad, pero también por la ostentación y el lujo. Los arquitectos franceses utilizan líneas limpias y sencillas y se centran en la iluminación. Los edificios más representativos de esta época son la iglesia de San Luis de París y la Capilla de la Sorbona.

El Barroco Español

En España, el barroco fue utilizado principalmente por la Iglesia. Se caracteriza por la exageración y el dramatismo de los detalles. Los edificios más representativos de esta época son la Basílica de San Francisco el Grande y la Catedral de Santiago de Compostela.

Conclusión

El barroco es un movimiento arquitectónico que ha dejado huellas en todo el mundo, especialmente en la arquitectura religiosa. Con sus distintas fases, el barroco ha inspirado la creación de edificios espectaculares, grandiosos y majestuosos que reflejan la grandeza de Dios y aumentan la devoción religiosa. A pesar de los siglos que han pasado desde su origen, el barroco sigue siendo una fuente de inspiración para los arquitectos y los artistas de todo el mundo.